En muchas ocasiones no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que eso que nos rodea desaparece, ya sea temporalmente o para siempre.
Nos puede servir de ejemplo el periodo de vacaciones, donde todo el mundo sale al exterior, ya se a fuera del país o a las ciudades vecinas, pero sale de el lugar donde ha vivido todo el invierno , para dar un cambio de aires, ver y conocer nueva gente, decir me he ido de vacaciones o por el simple hecho de salir de la misma rutina que durante 7 meses, lo que dura el invierno, nos ha acompañado.
Ahí es cuando te das cuenta que pasas la mayor parte del tiempo solo, uno de tus amigo se ha ido a la playa, el otro a la montaña y estas deseando que vuelvan para volver ha hacer lo mismo que hacías antes de marcharse ellos, pero que ahora echas tantísimo de menos.
Y es esa rutina, de la que antes estabas cansado y aburrido la que ahora necesitas incansablemente.
